viernes, 10 de julio de 2015

La Ciática, Un Mal de Nuestro Siglo

El término ciática describe los síntomas de dolor de pierna (y posiblemente de hormigueo, adormecimiento o debilidad) que empiezan en la parte inferior de la espalda y pasan por los glúteos y el nervio ciático mayor en la parte posterior de la pierna.
La ciática es un síntoma de una afección médica subyacente –no es un diagnóstico médico de por sí.

La ciática
La ciática con frecuencia es caracterizada por la presencia de uno o más de los siguientes síntomas:
  • Dolor constante en una nalga o en una sola pierna (rara vez puede presentarse en ambas piernas)
  • Dolor que se agudiza al sentarse
  • Quemazón o hormigueo que bajan por la pierna (en vez de un dolor sordo)
  • Debilidad, adormecimiento o dificultad para mover la pierna o el pie
  • Dolor constante en una nalga
  • Dolor punzante que pueda hacer difícil ponerse de pie o caminar
El dolor de la ciática puede variar desde infrecuente e irritante hasta constante y debilitador. Los síntomas específicos de la ciática también varían mucho en cuanto al tipo de síntoma, el lugar afectado y su gravedad; todo depende de la afección causante de la ciática. Aunque los síntomas pueden ser muy dolorosos, rara vez producen daños permanentes (daño tisular) en el nervio ciático.

La evolución de la ciática

La prevalencia de la ciática aumenta en las personas de mediana edad. Es rara su aparición antes de los 20 años. La probabilidad de experimentar la ciática aumenta por los cincuenta años y luego se disminuye.1
En general, la ciática no es causada por un evento o una lesión aislados, sino que suele ir desarrollándose con el tiempo.
La gran mayoría de las personas que experimentan la ciática se curan dentro de unas semanas o meses y consiguen aliviar el dolor con tratamientos no quirúrgicos. Sin embargo, otras sufren una ciática fuerte y debilitante debido a la compresión del nervio ciático.
Existen unos pocos síntomas que puedan requerir de una intervención médica (y posiblemente quirúrgica) inmediata, tales como síntomas neurológicos progresivos (por ejemplo, debilidad de la pierna) o una disfunción intestinal o vesical.
Como la ciática es provocada por una afección médica de fondo, su tratamiento se centra en el alivio de las causas subyacentes de los síntomas. Generalmente el tratamiento consta de cuidados personales o tratamientos no quirúrgicos, pero para casos graves o resistentes al tratamiento, puede ser una opción una cirugía.

La Medicina China a través de la Acupuntura es un tratamiento altamente efectivo para esta afección tan común en nuestros días.

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