viernes, 27 de abril de 2007

Qi Gong


Qi Gong
Artículo del Dr. Yayama

Cuando alguien me pregunta qué es el kiko(qi-gong), respondo que el método del qi gong es como el de las recetas de cocina, donde si mezclas ciertos elementos siguiendo un método determinado consigues confeccionar unos platos. El sabor de estos platos no se puede comprobar ni con números ni con máquinas; sólo al comerlos se aprecia su calidad. Así, para explorar la capacidad del qi es necesario percibir la sensación concreta de ki dentro del cuerpo. El problema reside en comprender en qué consiste el ejercicio de qi-gong.
A mi modo de ver, es importante que esto se enseñe dejando a un lado el misticismo y el esoterismo ya que eso supondría una transmisión secreta. Todo el mundo posee la capacidad de desarrollar y nutrir el qi, capacidad que realizando ciertos ejercicios llegará sin duda a desarrollarla.
Volviendo a la comparación que he hecho al comenzar, si seguimos las indicaciones de un libro de cocina muy bueno, lograremos siempre unos resultados culinarios interesantes. Del mismo modo, el método de qi-gong debe ser también un sistema práctico realizable por todo el mundo; y efectivamente lo es. Aunque existen diferencias individuales, el qi-gong es un ejercicio que todo el mundo puede hacer.(...)
Se dice que "hay actualmente en China más de 3000 escuelas de qi-gong; en Japón existen también diferentes métodos. (...)
La práctica del qi-gong está compuesta por varias etapas. La primera consiste en hacer circular el qi por los 12 meridianos principales; a este nivel se tiene la sensación primaria del qi.
La etapa siguiente consiste en hacer shaoshuten ("pequeño circuito celeste "), en la que la circulación ans ren mai y dentro del mai se sitúan en la línea central del cuerpo. A partir de este momento, podemos sentir que el cuerpo humano existe no sólo como materia sino también como realidad energética, podemos sentir el cuerpo como un conjunto de células, como un microcosmos.
La tercera etapa es el daishuten ("gran circuito celeste"), cuando sentimos que podemos llegar a absorber el qi que rodea nuestro cuerpo libremente. Aquí se da una comunicación entre el microcosmos y el macrocosmos mediatizada por el cuerpo.
La etapa siguiente es el furenshuten, es decir, la etapa que sobrepasa el método consciente, en la que no se presta atención siquiera a absorber o a liberar el qi en relación con el exterior o el interior.
Estas son las cuatro etapas en las que yo concibo el aprendizaje del qi-gong. (...)
Comencé por estudiar la medicina europea y luego la he practicado. Empecé a interesarme también por el qi-gong, método considerado generalmente como no científico.
Cuando era estudiante, me interesaban los tratamientos psicológicos y físicos, pero trabajaba como cirujano en un gran hospital comarcal de Fukuoka. Al principio estaba en Urgencias, donde tuve mucha práctica con las técnicas médicas. Pero cuando empecé a trabajar como médico generalista, surgieron los problemas.
A los grandes hospitales vienen pacientes con todo tipo de enfermedades, y llegué a constatar que la tecnología y los conocimientos médicos occidentales del más alto nivel en Japón eran totalmente impotentes ante determinadas patologías generales, como aquellas en las que los síntomas no son muy importantes, por ejemplo la hipertensión. Cuando alguien padece hipertensión, generalmente los médicos se contentan con recetarle un medicamento que simplemente hace que la tensión baje.
Por otra parte, hay también enfermedades muy complejas que se tratan con medicamentos que producen efectos secundarios nefastos, pero que como no existen otras soluciones, se siguen utilizando. Los médicos no conciben otro tipo de estimulantes. Yo me preguntaba si uno no podía contar con un mayor conocimiento de este tipo de enfermedades, y por eso comencé a estudiar la medicina china. Para mi sorpresa, descubrí que ésta podía comprender aquello que la medicina occidental era incapaz de definir.
Si comparamos la medicina moderna con un ordenador, podemos hacer la siguiente analogía. Este ordenador permite trabajar con dos soportes lógicos o software distintos: la medicina china y la occidental. Así, utilizando el software chino he podido comprender lo que era imposible de comprender con el rápido soporte lógico occidental.
Descubrí que, tras realizar intervenciones quirúrgicas, la medicina china resultaba muy eficaz para restablecer la fuerza física de los pacientes. Esto hizo que me interesara cada vez más por la medicina china; tanto que empecé a estudiar la acupuntura y a desarrollar mis propias capacidades curativas dentro del sistema de la medicina china.
Comencé a recibir un número creciente de pacientes que consideraban que mi especialidad era la medicina china, y me di cuenta de que después de tratar sus enfermedades con los métodos chinos, me invadía un gran cansancio que no comprendía. Esta inquietud era completamente natural para mí, que llevaba muchos años practicando las artes marciales y confiaba en mi fuerza física. En el liceo había practicado el kendo, en la universidad el kárate y luego el aikido. Por eso, me preguntaba por qué estaba tan cansado hasta que finalmente descubrí lo que es el qi.
Mi cansancio se debía a que al absorber el qi de los enfermos, mi propio qi se consumía. Viendo además que muchos médicos que tratan el cáncer con la medicina china son a menudo víctimas de este mal, y que los psiquiatras "se desquician" como resultado de sus especialidades, empecé a preguntarme si los enfermos contaminaban a los médicos con su qi, dejándolos enfermos también.
En esa época asistí a un seminario sobre el qi-gong dirigido por un experto chino que me inició en la práctica.Tras haber estudiado y practicado suficientemente el qi-gong, reuní un grupo de enfermos para los que los tratamientos médicos modernos resultaban ineficaces. Reflexionando sobre ello ahora, me doy cuenta de que era una práctica rudimentaria, pero yo no disponía de otras soluciones. Además, los enfermos no conseguían hacer los movimientos que yo hacía porque no tenían el mismo hábito de ejercicio físico, eran particularmente débiles, etc.
Poco a poco fui elaborando otro tipo de movimientos que fueran realizables por mis pacientes. De este modo ellos se convirtieron en mis maestros de qi-gong, ya que gracias a sus capacidades y necesidades, tuve que ir elaborando y aprendiendo muchas cosas.(...)En los clásicos chinos, se dice que "cuando se consigue dominar el shaoshuten, se consigue curar todo tipo de enfermedades". Basándome en ello, comencé a practicar el shaoshuten. Trabajé 6 meses para sentir cómo la corriente de qi circulaba por el ren mai y el du mai, pero tuve dificultades a la hora de enseñárselo a mis enfermos.
Poco a poco logré, a pesar de su perplejidad, sensibilizar el hyakué hasta el bajo vientre, es decir, la circulación del qi sobre la parte anterior del cuerpo, luego por la espalda a lo largo de la columna vertebral, etc. Poco a poco conseguí desarrollar distintos métodos aplicables a mis enfermos. (...)
En la época en que yo alcanzaba el nivel de shaoshuten, terminaba cansado después de tratar a mis pacientes. Yo creía que el método de qi-gong debía seguir el principio natural del universo y que, si seguía ese principio fundamental, no debía fatigarme al curar a los enfermos. Si yo me fatigaba era porque practicaba el método alejándome de este principio.
Hoy ya he alcanzado el nivel de daishuten, y consigo hacer que el qi penetre a partir de hyakué o de senkosu; puedo absorber la energía del cielo y de la tierra convirtiéndome en el eslabón de una cadena capaz de reunir toda esta energía y utilizarla a continuación. No me fatigo en absoluto al curar a mis pacientes, sino que me siento reabastecido de qi y es una sensación agradable. Si por ejemplo cojo un catarro, se "disuelve" inmediatamente. No he tenido un maestro particular de qi-gong, sino que me atrevo a decir que son los pacientes, aquellos que han seguido mi método de tratamiento, los que han sido mi maestro.
El nivel de qi de estos pacientes era demasiado bajo como para que alguien les curara con medicamentos, pero al cabo de 3 años de práctica de qi-gong, han alcanzado el nivel de shaoshuten y después el de daishuten. Varias docenas de personas han alcanzado un nivel que les permite curar a sus amistades y parientes, ya que al seguir el principio fundamental de la naturaleza y al practicar el qi-gong, es normal que uno llegue a aplicar positivamente el qi alrededor de su cuerpo. Creo que alguien que goce de buena salud y que tenga el espíritu abierto puede alcanzar el nivel de daishuten en unos cuantos meses si practica correctamente. Me gustaría presentar el método de daishuten en público en un futuro próximo.(...)El maestro Tokitsu invitó al doctor Yayama a dirigir un curso durante el primer fin de semana del mes de Mayo de 1995. El tema del curso fue el siguiente:
Presentación y explicación general del concepto del qi, así como la posibilidad de constatar la existencia delqi en nuestra vida cotidiana: El doctor Yayama mostró determinados ejercicios o formas de observación gracias a los cuales es posible darse cuenta de la presencia del qi en el cuerpo y en el entorno.
Práctica del qi como medio para lograr el bienestar, es decir, para mejorar la salud y curarse hasta cierto punto: El doctor Yayama explicó diversos ejercicios concretos diseñados para este fin.
Aplicación de esta práctica del qi-gong a las artes marciales. Cómo y en qué medida se puede hacer, cómo es posible aumentar la fuerza en una fase posterior, y cómo se puede disminuir la fuerza del adversario: La eficacia reside en la posibilidad de aumentar la fuerza propia y de disminuir la del adversario.
El doctor Yayama ha utilizado su método con sus pacientes para aumentar su energía y vitalidad, pero después de obtener con ellos este resultado positivo, consiguió el resultado inverso en su práctica marcial. Gracias a su condición de médico, constató una correlación entre el hecho de curar a sus pacientes y el de dominar al adversario, dos formas de dinamismo del qi que son opuestas.
El maestro Tokitsu terminó la traducción de estos pasajes y sus comentarios dicientdo: "Personalmente, yo sigo interesándome después de una quincena de años en la práctica del qi-gong, y practico una parte del método del maestro Yayama. Cuento con desarrollar a partir de este curso sus aplicaciones en el tai-chi, en las técnicas de combate, etc., es decir, en nuestra práctica general."

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